La geometría de la visión binocular ha suscitado interés durante varios siglos. A principios del siglo XVII, el padre Franciscus Aguilonius (1613) observó que las imágenes proyectadas en los dos ojos eran ligeramente diferentes, en virtud de la diferencia entre el ángulo de visión de cada ojo. Usó este hecho para desarrollar un análisis de las posiciones en el espacio que caerían en los puntos correspondientes de los dos ojos. Pero el papel de la disparidad binocular en la percepción de la profundidad no se apreció hasta la expansión del interés por la visión en el siglo XIX, y fue este avance conceptual el que hizo que el análisis de la geometría binocular cobrara importancia. Este capítulo revisará los análisis fisiológicos y geométricos del espacio proyectivo binocular, enfatizando su papel en la fusión binocular y la percepción de profundidad.