El diagnóstico de las parálisis óculo-motoras resulta en ocasiones difícil. Decidir qué músculo o músculos son los afectados puede ser de gran complejidad, incluso para un oftalmólogo o un neurólogo avezados en la materia. Habitualmente se basa en pruebas, ya sean objetivas o subjetivas, que o bien no pueden ser parametrizadas con exactitud, o bien su medición correcta, es de una complejidad tal, que sólo está al alcance de un especialista en motilidad ocular (prismas).
PRUEBA DE HESS Y HESS-LANCASTER
Ya desde finales del siglo 19 ha habido diferentes métodos para poder explorar y documentar la patología motora ocular. Hirsberg en 1874 diseñó un método en el cual las imágenes diplópicas que percibía el paciente sobre una pantalla tangente eran fusionadas mediante prismas. El método era muy complejo y no disociaba completamente ambos ojos, motivo que invalidaba el procedimiento. Otros autores tales como Ohm en 1907, Krusius en 1908… diseñaron métodos que no se popularizaron. Fue Hess en 1908 el que estableció las bases de la exploración moderna de las parálisis óculo-motoras. Su método se basaba en los siguientes principios:
- Se utiliza una disociación completa al usar unas gafas rojo/verde y un testigo rojo y el otro verde. Por lo que un ojo sólo puede percibir el testigo rojo y el otro ojo sólo el verde.
- Es una prueba máculo-macular, por tanto, la desviación es directa y su representación es como si cada fóvea mirara directamente a la pantalla en el punto que desvía el paciente. Esto contrasta con otras pruebas que utilizan un principio máculo-paramacular y en las cuales lo que en realidad existe es confusión.
- Las líneas que representan los puntos de exploración siguen un patrón de tangente hiperbólica, lo cual se acerca más a la realidad.
- Es una pantalla grande que permite que la distancia de exploración sea mayor de 35 cm., por lo que se evitan las influencias acomodativas y de convergencia.
- Permite el registro de la exploración y por tanto su almacenamiento en papel para consulta o comparaciones posteriores.
A partir de ese momento y siguiendo sus principios han aparecido diferentes modificaciones. Las más importantes han sido la de Lancaster y la de Lee.
Con la aparición de los ordenadores personales se han ido implementando diferentes sistemas que siguen el principio de exploración original de Hess. Estos sistemas han sido programados en diferentes lenguajes cuyo entorno de ejecución es el sistema operativo Windows. Constan de un ordenador que controla la exploración y un monitor, más o menos grande, en el que se presenta el examen.
Todos los métodos usados adolecen de una rigidez en la personalización de la exploración, de tal manera que no pueden alterarse los parámetros esenciales de dicha prueba. No es modificable el tamaño, color o forma de los testigos, como tampoco lo es de la pantalla. De igual manera el elemento torsional no puede ser explorado en la mayoría de los casos.
Los sistemas usados hasta ahora carecen de flexibilidad y de adaptación a las necesidades particulares del explorador. Éste se encuentra anclado en las características inmodificables aportadas por el diseñador. No se puede introducir ninguna variación, salvo las que no cambian los parámetros de la exploración.
PRUEBA DEL CAMPO DE DIPLOPIA
Además del método de Hess y sus variaciones, para el estudio y seguimiento de las parálisis óculo-motoras puede usarse el estudio del campo de diplopía. Lo habitual ha sido usar un perímetro de Goldmann. Es una prueba completamente diferente al método de Hess tanto en su fundamento como en su instrumentación:
- Utiliza el principio de la diplopía, el paciente indica cuando el testigo es visto simple o doble.
- Se utiliza un cristal rojo sobre uno de los ojos y de esta manera mejora la discriminación de la diplopía.
- La pantalla usada es una semiesfera con un campo de extensión de 180º a una distancia de exploración de 30 cm.
- Es una prueba cinética, el testigo se mueve desde la periferia de la pantalla hacia su centro siguiendo ejes predeterminados.
- El paciente debe seguir el testigo.
- Se anotan los puntos en los que comienza la diplopía.
- Se puede trazar un gráfico en el que se presenta el campo de visión binocular única o el campo de diplopía.
Actualmente es imposible conseguir un perímetro de Goldmann, por lo que sólo con un modelo informático podría llevarse a cabo tal exploración.
El estudio de las parálisis óculo-motoras concierne a dos subespecialidades médicas: la oftalmología y la neurología. Lo habitual es que el paciente acuda al oftalmólogo por presentar diplopía y éste, al constatar una parálisis óculo-motora, lo derive al neurólogo. Es el neurólogo el que finalmente realiza los estudios pertinentes hasta llegar a un diagnóstico etiológico. En ocasiones es el neurólogo el que ante una diplopía o una sospecha de parálisis envía el paciente al oftalmólogo para su confirmación.
Así pues, el estudio técnico de la parálisis óculo-motora ha recaído en el oftalmólogo. Es en las consultas de oftalmología y concretamente de motilidad, donde se encuentran los test necesarios para su diagnóstico instrumental. Es improbable que en una consulta de neurología exista una pantalla de Hess… y esa carencia va siendo también habitual en las de oftalmología. Esto es debido a la imposibilidad de conseguir tanto un test clásico, como uno basado en un sistema informático.
Con el sistema diseñado se persiguen suplir las carencias reseñadas.